Para determinar cómo afectan los movimientos sísmicos a los edificios y construcciones, debemos tener en cuenta muchos factores: planes de prevención, zona de la construcción, elementos constructivos, etc.

En este post, te vamos a explicar cada uno de ellos.

Cómo prevenir un movimiento sísmico.

En un mundo ideal, sería perfecto saber cuándo se va a producir un movimiento sísmico.

De esta forma, se podrían evitar pérdidas personales y, en la medida de lo posible, el máximo de pérdidas materiales.

Sin embargo, predecir cuándo va a suceder un fenómeno de este tipo, es muy complicado.

Casi imposible, de hecho.

La tecnología nos permite, cada vez más, conocer las características de los sismos y nos puede aportar mucha información sobre los terrenos más susceptibles de sufrir terremotos y movimientos de tierras.

Pero saber cuándo se va a producir un movimiento sísmico con precisión, es muy difícil, aunque sí podemos predecir el riesgo sísmico de algunas zonas.

Con ayuda de modelos en 3D, podemos saber dónde existe más tensión de la placa litosférica.

También se pueden realizar mapas de riesgo, donde se establecen las zonas con mayor riesgo sísmico.

Una vez identificadas estas zonas, se crean planes de Educación y Protección Civil, planes arquitectónicos para determinar qué tipos de construcción son menos vulnerables a los movimientos sísmicos, así como el tipo de materiales a utilizar.

Cuando se trata de zonas con un alto riesgo sísmico, también es recomendable crear consejos formados por científicos, ingenieros y expertos en la materia, para establecer las medidas de prevención.

Las consecuencias de un movimiento sísmico.

Vamos a ver cómo afectan los movimientos sísmicos a los edificios y construcciones.

Las consecuencias provocadas por un movimiento sísmico en construcciones y edificios van a estar estrechamente relacionadas con la intensidad del seísmo, pero también con la capacidad de la construcción para soportarla.

Así, la estructura y los componentes no estructurales van a ser factores muy determinantes.

Es muy importante que la cimentación del edificio y su estructura se hayan llevado a cabo de forma correcta, para que los daños sean minimizados al máximo.

Estos daños pueden tratarse de desperfectos parciales, como grietas o fisuras en las infraestructuras, instalaciones o revestimientos o, en casos de mayor gravedad, tratarse de derrumbamientos parciales o totales.

Cómo prevenir y reducir los daños producidos por un terremoto.

Cuando se produce un movimiento sísmico, las ondas se transmiten al edificio desde su cimentación y se crean fuerzas que actúan en los muros y columnas del mismo.

La cimentación, los muros y los pilares de la construcción, por lo tanto, son los elementos más importantes en la construcción de un edificio frente a este tipo de catástrofes.

A mayor cantidad y fuerza de los muros portantes, más resistencia tendrá el edificio.

Los pilares que sustentan las construcciones, deben ser grandes y es recomendable que su interior esté reforzado con presillas de acero, ya que es un material que responde muy bien a movimiento sísmicos.

El uso de vigas más grandes, muretes laterales en los pilares o barras diagonales, pueden aumentar la resistencia a los terremotos.

Los edificios deben ser lo más flexibles posible y construidos con sistemas de bloques aislantes en los cimientos y muros estructurales de hormigón armado.

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